miércoles, 11 de septiembre de 2013

Baltasar de Zúñiga. Una encrucijada en la Monarquía Hispánica. De Rubén González Cuerva.

Cuando uno se aproxima a la historia de la Edad Moderna como alguien que ha estudiado el tema por encima, sin detenerse a fondo, le asalta la tentación de pensar si le va a interesar mínimamente dicha lectura. Quizás porque otras lecturas sobre el tema se le han caído de las manos, quizás por desinterés. Digamos que el que escribe tenía ciertas reservas a la hora de coger el libro.
 Sin embargo el autor consigue que rápidamente conozcamos al personaje e incluso que le cojamos cierta simpatía debido a su situación personal. Obviamente eso hace la lectura interesante. Pero lo es más. Porque la narración pivota sobre dos ejes claves: el primero es la persona de Baltasar de Zúñiga, su situación familiar y la forma de afrontarla. El otro eje, paralelo, es la personalidad pública de Zúñiga desde sus inicios como embajador a su final muy cercano a la familia real.
El primero nos muestra la realidad de los "juegos" nobiliarios de la época: juegos donde las diferentes ( y escasas) familias nobiliarias hispánicas ponían en el tapete sus posesiones y buscaban a la vez engrandecerlas y enriquecerse mediante la obtención de rentas, mercedes y títulos. El lector descubre la realidad de la nobleza, preocupada principalmente por enriquecerse por encima de otras familias nobiliarias. El segundo nos muestra la personalidad de un alto funcionario culto, leído y capaz. Sería interesante saber más de lo esbozado acerca de las influencias intelectuales que recibió, aunque sirve lo explicado para entender el proceder del personaje. No es lugar aquí para glosar sus diferentes puestos (lean el libro), pero sí para decir que a través de ellos descubrimos interesantes entresijos de una Historia de Europa contada de forma breve, pero inteligible, donde debido a las diferentes ocupaciones de Baltasar acaban apareciendo los reyes de Suecia, los magnates de Moldavia o los otomanos. Y todo ello debidamente explicado.
Desde un punto de vista historiográfico la obra no se queda atrás. Además de la novedad de un personaje poco conocido fuera del ámbito académico (en contra de su sobrino, el mucho más nombrado Conde Duque de Olivares) y del estilo utilizado, el autor abre nuevas vías para el conocimiento más exacto del primer cuarto del S.XVII. ¿Cómo lo hace? Rebatiendo lugares comunes en la historiografía de la Monarquía Hispánica (la lucha entre reputacionistas y pacifistas, por ejemplo) con rigor extremo y uso intensísimo de fuentes; proponiendo la falsedad de obras esgrimidas habitualmente por los mejores historiadores que han tratado este tema, etc. Así, se tocan puntos que han sido dados por sentado hasta ahora, introduciendo novedades a tener en cuenta por los futuros estudiosos de la materia.
En definitiva estamos ante una obra que merece ser leída porque nos da a la vez una perspectiva general sobre la Europa del primer S.XVII así como un ejemplo de la vida de un cortesano que se ve envuelto en situaciones realmente claves para el mismo y para la historia del momento.Ver reseña

lunes, 29 de abril de 2013

La Musgaña. Entre Dos (Concierto presentación y nuevo CD)

Tuve el placer de poder asistir en inmejorable compañía a la presentación del nuevo disco de La Musgaña. Al haber de nuevo con cambios en la formación, acudía con ciertas reservas. Jaime Muñoz y Carlos Beceiro, dos de los miembros fundadores, son los que quedan ahora en el grupo. Y apuestan por una estética propia, por el sonido clásico de La Musgaña, pero adaptado muy mucho a espacios pequeños. Concebido para ser escuchados en teatros y salas de espacio reducido, la instrumentación ha variado ligeramente. Las gaitas se han abandonado (excepto la gaita charra) y su potencia ha sido sustituida por las flautas. Whistles, flautas oblicuas (Kaval) y sobre todo flautas traveseras. Todas ellas a cargo de Jaime Muñoz. En el apartado rítmico la variedad también es importante, y si bien ya no aparece la zanfona, en el CD se pueden escuchar mandolinas, mandolas, guitarras de todo tipo, cittern...a cargo, claro, de Carlos Beceiro. El resultado es un sonido menos compacto pero más cercano, más próximo a la lírica que al estruendo. Y sin embargo no carente de vigorosidad ni de encanto. El concierto comenzó con un tema en plan "aquí estamos, somos La Musgaña". Un arreglo con gaita charra y tamboril que recordaba al "Entradilla" de su CD "En Directo", y que me hizo recordar el primer concierto suyo que ví, en el año 2000. A partir de ahí, la cosa cambió. Empezaron a colarse ritmos y arreglos que siempre han estado cercanos a "la Musgaña". De repente, aparecía Irlanda en forma de polca o la India en forma de jota. Ritmos propios arreglados con instrumentos y con variaciones diferentes. Pasando de la alegría a la contemplación, el concierto fué transcurriendo entre temas emotivos, como la Marcha para Santa Ana, y temas más festivos pero elegantísimos, como las "Mazurcas", o las "Habas de Pesquera" con un arreglo final tipo jazz impresionante. Mención aparte merecen tres temas. El titulado "Almendros", una composición del antiguo miembro del grupo Quique Almendros que recuerda lejanamente a las "seguidillas del Diablo Cojuelo" del primer disco del grupo. El titulado "Trapero" compuesto por los actuales miembros del grupo, una pequeña maravilla en ritmo de 5/8 y que recuerda a los charros que en otras épocas arreglaba La Musgaña. Y por último la versión de "Ya se van los pastores" que puede provocar el llanto en los más sensibles a la belleza. Este último acompañado en el concierto por "Espejo, Sol y Luna" un ajechao que aparecía en "Temas Profanos". En definitiva un concierto intensísimo, una evocación de los ritmos mesetarios tamizados esta vez por sonidos más suaves y envolventes y sin embargo absolutamente convincentes. Una pequeña maravilla, reproducido en un CD a la altura del mismo. Cualquier amante de la buena música debería escucharlo.