sábado, 2 de agosto de 2014

Loire-Glen Velez-Kepa Junkera-La Musgaña Concierto 1-8-2014. Amazing.

Cuando se va a un concierto con nada menos que 4 artistas (5, de hecho), no sabe muy bien qué va a ver.
Los músicos tampoco lo tenían muy claro, según afirmó Jaime Muñoz (La Musgaña) al presentar el acto. Pero menos mal que no lo tenían claro.
El concierto comenzó con el duo formado por Loire y Glen Velez. Dos estadounidenses poco conocidos en España, si bien han colaborado con Kepa Junkera en algún trabajo. Dejaron al público extasiado. La técnica de voz de Loire, que canta sílabas ininteligibles a una enorme velocidad, hace que la voz sea como un instrumento de percusión o como uno de viento, según el efecto que busque. Acompañada de los panderos, bendires, panderetas o sínplemente las palmas de Glen Velez, empezaron por encadilar al personal con un estilo propio, que podía recordar a los mantras tibetanos, a la música de los nativos americanos o a los ritmos hindúes. Cuando Glen Velez quedaba solo en el escenario el local (abarrotado, por cierto) se llenaba de música. POrque con sólo unos panderos, era capaz de efectuar tal cantidad de efectos que parecía toda una orquesta.
Tras algo más de media docena de canciones, Kepa Junkera entró en escena, repasando, con la compañía de Velez, algunos de sus temas más conocidos, pero haciendo auténticas virguerías con ellos, improvisando y jugando con los músicos y con los asistentes. Además, incluyó una versión de la Jota da Ghia, presente en su último trabajo, "Galiza". Tras inundar de alegría el escenario, dió paso a los anfitriones, La Musgaña.
Comenzaron su tramo solos, interpretando varios temas de su Directo (1997) , comenzando por el Picao. Poco a poco se fueron sumando artistas, siendo acompañados a la voz por Loire y a las perscusiones por Glen Velez en una tremenda versión de "El Rondador Desesperado" también conocida como "Estremera". Pusieron el broche con Danzas de Burgos y la Entradilla, con todos los músicos en el escenario. El público celebró el fin de fiesta, que sin embargo no había llegado.
Aún quedaban versiones del Bok-Espok de Kepa, o incluso de la apertura del la BSO de Moulin Rouge unida a un charro salmantino.
Un fin de fiesta que dejó al público encantado, alargándose las ovaciones a los temas finales durante minutos.
Una experiencia maravillosa.